Una persona con pies de plomo es alguien que sabe muy bien para donde va, conoce tanto su destino o su meta que nada ni nadie lo puede desviar de su propósito
Su pisada es segura diferente al que tiene pies de pluma cualquier viento lo hace regresar o cambiar fácilmente su destino.
Dios quiere cristianos con pies de plomo que no estén siendo llevados por cualquier viento de doctrina.
Efesios 4: 14 “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,”
Nuestra confianza radica en que tenemos la certeza de que Jesucristo a través de su sangre preciosa nos ha perdonado todos nuestros pecados. V 1 “En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.” 1 Juan 1: 9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Es Jesucristo a través de su santo espíritu que nos limpia de toda idolatría y de toda inmundicia. V 2 “Y en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia.”
En la iglesia no se prohíbe nada esa es la inquietud que tienen muchas personas antes de recibir a Cristo en su corazón. En la iglesia no prohibimos es el espíritu santo el que nos convence de pecado. Juan 16: 7-8 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. ”
16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. ”
En nuestras fuerzas sería imposible cambiar de vida o dejar nuestra maldad. Es Jesucristo a través de su espíritu y de su palabra que nos hace cambiar nuestra manera vana de vivir.
Sin el espíritu santo activo en nosotros no podemos tener unidad y fortaleza. V 7 “Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos.”
Esto mismo les paso a los discípulos de Cristo, mientras estaban juntos aquí en la tierra, ellos se mantenían unidos, pero cuando Cristo se fue, ellos se esparcieron y se llenaron de temor. Mateo 26: 31 “Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.”
Antes de que el espíritu santo operara en los discípulos ellos huyeron, pero cuando el espíritu de Dios estaba en ellos, fueron capaces hasta de dar la vida por Cristo.
El espíritu santo es lo que hace que nosotros podamos cumplir con la ley de Dios, en nuestra fuerza sería imposible obedecer a la palabra de Dios. Ezequiel 36: 26-27 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”
Solo el espíritu santo nos hace soportar las pruebas, llámense tentaciones o cualquier otra cosa. 9 “Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.” Solo el espíritu santo puede darnos pies de plomo.