4:5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”
Dios es un padre maravilloso, y como todo padre también se enoja, en esta ocasión estaba muy enojado, Zacarías 1: 2 “Se enojó Jehová en gran manera contra vuestros padres.”
A todos los padres y eso que somos malos nos duele cuando tenemos que castigar a nuestros hijos. Con mayor razón esto sucede con nuestro padre Jehová, el no nos quiere castigar. Ezequiel 33: 11 “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?” Su afecto paternal es más fuerte que el pecado de sus hijos.
Dios quiere darnos otra oportunidad y es por eso que él nos invita a que nos volvamos a él. Zacarías 1: 3 “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Santiago también comparte este pensamiento y nos dice que el volverse o acercarse a Dios consiste en arrepentirnos de nuestra maldad y tomar una dirección correcta. Santiago 4: 8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”
Solo si nos humillamos Dios tiene misericordia de nosotros. Santiago 4: 10 “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”
Para volvernos a Dios necesariamente debemos dejar de pecar, Dios nos da como ejemplo a su propio pueblo que no quiso arrepentirse. Zacarías 1: 4 “No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.”
Es mejor aprender de los errores de los demás y no tener que sufrir el castigo en carne propia. El que aprende de sus errores es una persona inteligente, pero el que aprende de los errores de los demás es una persona sabia.
Dios en su ira quería destruir a su pueblo. V 8 “Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo alazán, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás de él había caballos alazanes, overos y blancos.”
A Juan también le mostro lo que la ira de Dios podría hacerle a su pueblo. Apocalipsis 4: 6 “Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.”
La maldad del hombre hace que la ira de Dios aumente. Zacarías 1: 15 “Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal.”
Si Dios no nos ha destruido es por su misericordia maravillosa. V 16 “Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén.”
Definitivamente si Dios nos ha dado la oportunidad de volver a nacer de nuevo es por si infinita misericordia. 1 Pedro 1: 3 “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,”
Cristo murió por nosotros acerquémonos a él, y el tendrá de nosotros misericordia. Hebreos 4: 16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Tener misericordia es perdonar aun sabiendo que la persona merece castigo, nosotros somos hechos a su imagen y semejanza, por eso el pide de nosotros misericordia.